Florence Cassez desde el lado humano

Adrede – periodismo a propósito

Más de seis años en la cárcel, ilustrados en 60 cuadros: Florence Cassez encuentra una  forma de escapar a otra realidad a través de la pintura

En el Centro de Readaptación Social Tepepan, sólo las reclusas que esperan invitados pueden ingresar al área de visitas. Al llegar, veo alrededor de 50 personas en una especie de cafetería que a pesar de ser amplia, causa una sensación de encierro. Cuatro paredes blancas nos enmarcan y a través de las ventanas de vidrio, se permea un poco de la luz exterior. Cada reclusa ocupa una mesa y están sentadas en sillas de plástico, de esas que tienen el logotipo de marcas de refresco.  Florence me invita a tomar asiento.

Cada detalle en su forma de arreglarse está impecablemente cuidado. Tiene el cabello entre rubio y pelirrojo, muy largo, hecho trenza sin un pelo fuera de su lugar. No está maquillada, porque no lo necesita, apenas se puso un toque de lipstick rosa y se ve perfectamente alineada. Trae puesta una chamarra espesa ya que hoy hace frío en el DF, sobre todo en esta cárcel, donde la ciudadana francesa purga una sentencia de 60 años, de los cuales ya cumplió seis.

Por regla, las internas están vestidas de azul marino, los guardias van de negro con arma en mano, los doctores de blanco, las visitas conyugales de beige y los demás podemos ponernos el resto de colores que sobran en la paleta.  No estaríamos sentadas aquí, en esta sala ruidosa, mal pintada, llena de tintes y olor a fritangas, si no fuera por lo que pasó aquel 9 de diciembre de 2005.
Pugna: una vida en la cárcel

Carlos Loret de Mola mostró en Primero Noticias cómo una francesa era detenida por la Agencia Federal de Investigación (AFI) en un rancho sobre la carretera México-Cuernavaca. “[…] Un duro golpe a la industria del secuestro se está dando en estos momentos, y es que la AFI trabajó durante semanas, y esta madrugada lo que está haciendo es liberar a tres personas secuestradas…” decía del otro lado de la pantalla el reportero Pablo Reinah.

Lo que miles de espectadores no sabían, es que el maravilloso rescate era en realidad un montaje. La pesadilla había empezado 24 horas antes para la extranjera Florence Cassez, cuando había sido detenida junto con su ex novio Israel Vallarta, quien le ayudaba con la mudanza.  La francesa fue inmediatamente juzgada por la opinión pública y sentenciada por instancias jurídicas, condenada en una primer sentencia a 96 años de cárcel por secuestro, posesión ilegal de armas de uso exclusivo del ejército y delincuencia organizada.

El caso se envuelve en manipulación mediática, incógnitas, violaciones a los derechos humanos, y se desencadenó en una pelea política, en la cual dos protagonistas se subieron al ring: una mujer extranjera, sentenciada finalmente a 60 años de formal prisión: Florence Cassez; y un caballero robusto, mano derecha del presidente Felipe Calderón y secretario de seguridad pública: Genaro García Luna.

Hoy, más de 6 años después, durante el foro “Violaciones a los derechos del debido proceso en la investigación ministerial. Casos, causas y consecuencias”, académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Centro de Investigación y Docencia Económicas, Luis de la Barreda, Humberto Guerrero, Miguel Carbonell, Eduardo Gallo y  Ana Laura Magaloni, coincidieron en que el caso Cassez representa una oportunidad para corregir los vicios del sistema penal del país así como la calidad de las investigaciones, la tortura y las detenciones arbitrarias.

Florence está ante un último recurso, puesto que su expediente se encuentra en manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Será que se le abre una brecha de luz? La francesa no pierde la esperanza. Han pasado años de encierro, con algunas altas y otras muy bajas, sometiéndola a una vida que la ha llevado a buscar una forma de catarsis:  la pintura.
Redención: pintar y desahogarse

El 2 y 3 de marzo, se exponen en Lyon 60 obras que Florence Cassez pintó desde la cárcel de Tepepan. La muestra, abierta al público, lejos de tener un objetivo político, busca dar a conocer el caso y sus abusos.

“El sentimiento que predomina en mi pintura es la injusticia y mi inocencia. Me gusta decir con ironía que inocencia no rima con paciencia, porque está la i de injusticia. Este es un caso que nos afecta a todos: a los mexicanos, a la justicia, a la presunción de inocencia, a la transparencia…debería de motivar a más gente. No es el de una pobre francesa. No entendía por qué no creen en mí.  Yo en mi cuerpo sé que no  hice nada, es evidente para mí. Me pegaba la cabeza contra la pared. Me costó mucho trabajo, odio, coraje, y me parecía inverosímil que no creyeran en mí… Me desahogué pintando”.

Con un español fluido, la artista me cuenta que la primera vez que se animó a pintar, se sintió sola y le dio pena preguntar qué hacer.  Hoy, encuentra refugio en el arte. “Hay que pintar sin miedo. Te descubres a ti misma, qué te gusta, cuáles son los colores que más agarras. Mis favoritos son el amarillo, el naranja, el azul y el verde-limón. ¡Me encantan! Los que me escriben, me preguntan: cómo una mujer encerrada puede pintar con tantos colores. Tengo ganas de vivir. Siempre me han gustado los colores; hasta para vestirme afuera. Aquí, nos tenemos que vestir de azul marino…y yo extraño los colores”.

“Cada cabeza es un mundo”

El cuadro, Chaque tête es un monde – ‘Cada cabeza es un mundo’ , “Lo pinté durante una época difícil, hace más de un año, antes de que me negaran el amparo. Quería expresar que cada quien es una persona en sus problemas y no quiere ver ni saber de los asuntos del otro, qué lo hace ser así. No entendía por qué no había más gente interesada en mi caso. De verdad, no entendía”.

En el cuadro aparecen tres cabezas. Dentro de ellas se pueden apreciar diferentes paisajes.

“El primero es triste, los árboles están muertos: son los pesimistas, la gente que todo lo ve negro. Dentro de la segunda cabeza vemos un paisaje bonito: el optimista, la persona que ve el vaso lleno, eso me ha salvado. Por último, está el neutro: el que representa a la mayoría, la apatía. Tiene una máscara: es la gente que no quiere ni ver ni saber qué piensa el vecino. Es la persona  que  se niega a escuchar y descubrir, ésa es la que más me topé en mi situación. Gente que con imágenes fuertes dijo ‘no quiero saber más: es culpable’. Pasamos seis años explicando que no fue así… Pero la máscara hizo que nunca quisieran abrirse a escuchar otra cosa. Me daba coraje: si yo quiero aprender y estoy abierta a que me expliquen que estoy equivocada, espero lo mismo de regreso. Hoy entendí que así somos los individuos. Necesitamos tener diferentes puntos de vista. Hoy sé que la gente que necesito está conmigo. Los que estudian el caso están conmigo. Y así, cada día tengo más apoyo y puedo tener más exposiciones. Más personas entienden cuál es mi sufrir”.
Exoneración: salto a la fama artística

En la exposición estarán presentes sus papás y como invitado de honor al vernissage, irá Alain Delon, uno de los actores más reconocidos de Francia.

“El 18 de noviembre, un día después de mi cumpleaños, vinieron visitas de la embajada y me trajeron un pastel. Uno de los que venía se tuvo que ir antes porque iba a Acapulco y supe que vería a Alain Delon, quien estaba ahí con Sofía Loren por el concurso de Miss France. Le dije que se esperara, agarré una hoja y escribí unas palabras para Delon: un ser, entonces para mi, intocable, inalcanzable. Le pedí que entrara al sitio de apoyo en Internet para que escribiera unas palabras. A partir de ahí, él se comunicó con la embajada y pidió el teléfono de mi papá. Yo le había dicho a mis padres que quizás recibirían un mensaje del actor, pero ellos se morían de risa, no me creían, ¡cómo si Alain Delon les fuera a hablar! Era inconcebible. Un día, ¡le habló a mi papá! Le dejó su número telefónico para que yo me comunicara y le hablé. Ese día duramos más de 40 minutos al teléfono. Hicimos click. La conversación fue fuerte, honesta. No teníamos nada que perder. Estaba yo temblando. Aún así fue natural. Desde ahí, somos amigos y hablamos seguido.”
¿Cómo es Florence Cassez?

“Soy determinada. Tengo un carácter fuerte. Siempre he sido trabajadora, leal, buena amiga. Soy exigente conmigo y con los demás. Muy exigente. Honesta. A pesar de todo, con seis años en la cárcel, podría haberme maleado: hoy entiendo la maldad ajena pero prefiero ser la ‘tontita’ que le ven la cara, porque si paso para el otro lado, ya no seré yo. Todos los días me ven la cara. Lo sé y aún así prefiero quedarme de mi lado. Este lugar no me ha comido. Amo la vida. Aún con lo que me han hecho, quiero seguir confiando. Busco gente optimista, alguien pesimista o fatalista me repulsa: para deprimirme ya me tengo a mí y no necesito que una persona me ponga mal. Sigo siendo la misma esencia: voy a salir y mis papás me van a reconocer. Claro, me he vuelto más cuidadosa. Ahora ningún detalle se me escapa”.

Se acaban las preguntas. Florence me ofrece un café y nos comemos un trozo de pan y queso que le trajo una amiga en una visita. Me confiesa que para ella, así como cuando termina de pintar un cuadro, siente una gran satisfacción, también a veces tiene acceso a otros escaparates: “Una baguette fresca y crujiente, con mantequilla salada y un buen camembert, j’adore: c’est la France (adoro: es Francia)”.

Finamente, antes de despedirnos, la artista explica que la temática en su arte son todos estos más de seis años de cárcel. “Van a ver una evolución; hoy estoy en paz. No hay rastro de mis sentimientos pasados. Pinto lo que siento. Pintar es como desahogarme. Es mejor que llorar. Es sacar los sentimientos que ni en lágrimas se pueden desvanecer, es mejor que ir a sesión psicológica. En la pintura no se miente. Me pierdo, y estoy completamente concentrada, absorta”.

 

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7 comentarios en “Florence Cassez desde el lado humano

  1. FLORENCE MARIE LOUISE CASSEZ CREPIN:

    Me dirijo a ti, con mucho respeto, sí con mucho respeto, el mismo que le hace mucha falta a nuestras autoridades, hacia los ciudadanos, cuando investiga un hecho delictivo.

    Conforme conozco más a fondo tu caso, encuentro más inconsistencias de la parte que te acusa; empezando por un sucio montaje, las contradictorias declaraciones de tus acusadores, y la inmoral y delictiva actuación de la fuerza pública.

    Me da mucho gusto saber que tú lucha, la estas convirtiendo en la lucha de todos los mexicanos, porque ahora gracias a ti, los mexicanos estamos reivindicando el DERECHO al DEBIDO PROCESO, uno de los derechos más sagrados en el derecho procesal.

    Por todo lo anterior, ahora más que nunca, TODOS SOMOS FLORENCE CASSEZ, ¡JUSTICIA PARA TODOS!

    SOLIDARIAMENTE

    C. VÍCTOR MANUEL PEDROZA ESCALERA

  2. 1. El rescate de tres personas que llevaban meses secuestrados:
    un menor de ocho años de edad, su madre y otro joven.
    2. Que con el rescate se evitó la mutilación del dedo de la VíctimaTestigo 1, misma que iba a ocurrir ese día.
    3. La identidad de los plagiarios, Israel Vallarta y Florence Cassez,
    quienes eran pareja. A él lo señalaron como el líder de la banda
    y a Florence Cassez como una mujer de origen francés miembro
    de la misma.
    4. Que la banda de secuestradores estaba implicada en por lo
    menos ocho secuestros más.
    5. Que Florence Cassez negaba su implicación en los hechos y su
    conocimiento de los secuestros, pero generalmente se
    enfatizaba en lo falso o absurdo de su dicho o en que ella
    atendía a las víctimas, las alimentaba y las cuidaba.
    6. El inmueble donde fueron detenidos fue el Rancho Las Chinitas,
    que se encuentra en el kilómetro 29 de la carretera federal
    México-Cuernavaca, y
    7. Que en dicho sitio se encontraron armas de uso exclusivo de las
    Fuerzas Armadas, facturas falsas, credenciales de elector sin
    foto, máscaras, uniformes de las fuerzas policiacas, teléfonos
    celulares, cuatro vehículos, fotos y objetos personales.

    Haz clic para acceder a ADR-517_2011.pdf

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